El Valle de Calamuchita tiene también la posibilidad de viajar en el tiempo.
La magia de recorrer espacios que pintan historias de tiempos remotos es de los placeres mas grandes de nosotros los puebleros.
Amboy es uno de esos lugares que sentimos que no tienen descripción con palabras, no las hay que den cuenta de lo que se recorre en sus callecitas y senderos, lo que se respira en sus negocios y restaurantes.
Porque tiene aire, sabor y tiempo mezclados en unas pocas cuadras.
Casonas antiguas, letras del pasado en las paredes, piedras caladas por manos centenarias, bambúes que reflejan años y uno ahí…
como soñando despierto con los pies en el arroyo y la cabeza en las nubes.
La iglesia de 1900 te da la bienvenida al pasado y su gente te ofrece años de calma y encanto.
Entre senderos de bambú, río y piedras, paseos en bicicleta, museo con reliquias arqueológicas o Gary cuarteteando las orillas, Amboy es un destino al pasado que no se deja olvidar.