Rumi, como la llamamos en confianza, es ese lugar de encuentros.
Las extensas costas al lago con playas como Jarana para los que vienen con lancha o la playa de los Alemanes si venís con reposera o mantita te invitan una y mil veces a disfrutar del agua y las vistas bellas de cerros lejanos que parecen dar espectáculos cada día para sus visitantes.
El balneario municipal te cuida y podés disfrutar de muchas propuestas gratuitas. Artesanos, paradores, buenos churros (y sí, hablamos de comida), deportes náuticos, paseos en lancha.
Podés visitar el cerro Mirador o subir al mirador del balneario, si querés disfrutar a Rumi desde las alturas.
Nuestro paseo preferido es el camino lento y sinuoso a playa escondida. Muy importante es no irse de Villa Rumipal sin haber dado un chapuzón en esta playa justo al atardecer, aseguramos que es un placer de vida.
Si se animan a aventurarse pueden llegar a la desembocadura del Río Santa Rosa y avistar aves en la reserva natural la Aguada de los Pájaros.
También les recomendamos conocer las aguas cristalinas de El Corcovado, un pintoresco barrio de Rumipal con acceso por la ruta 5
Les contamos un secreto…
Hay rincones en Rumi que casi nunca duermen. Bares, boliches, bailes y paradores que a orillas del lago invitan a despertar con alegría el alma.
Villa Rumipal, en el Valle de Calamuchita nos cuenta historias de amigos, fiesta, clubes, reuniones, risas, y momentos compartidos inolvidables.